Ser propietario de un caballo implica una gran responsabilidad, por naturaleza son animales  sociables que pastan y conviven en espacios abiertos con su manada (harén).

Cuando los acondicionamos a vivir en establos, deben estar acompañados para evitar que se sientan estresados y aburrimiento. Además las pesebreras deben ser cómodas e iluminados, ventilados, con buena cama, agua  y comederos que se adapten a su fisiología. Es fundamental ejercitarlos para satisfacer sus necesidades físicas.